jueves, 13 de febrero de 2025

Loza extinta para celebrar a Guadalajara

 

Hace 483 años, un grupo de conquistadores luchaba por establecerse en una tierra ajena. Cansados de batallar y teniendo al frente a Doña Beatriz Hernández que, con firmeza logró convencerlos de que Guadalajara, la que hoy conocemos, debería permanecer donde está. Esta historia nos la cuenta Tello, quien escribió sobre esos eventos casi un siglo después.

El grupo fundador necesitaba utensilios básicos para sobrevivir. Las vasijas de metal, madera y las pocas de cerámica que habían sobrevivido a las dificultades del viaje y las batallas anteriores, como la de Tetlán, eran esenciales. Los utensilios no solo servían en la vida cotidiana, sino que también representaban el estatus social y la comodidad que los nuevos habitantes buscaban.

Es probable que los primeros europeos no se hayan complicado y usaran las vasijas de cerámica que los pueblos originarios les proporcionaron. Los alfareros no tardaron en asentarse utilizando la misma tierra de los pueblos indígenas para crear nuevas formas y estilos, combinando técnicas del Viejo Mundo con los materiales de la nueva tierra. Así, nacieron piezas que reflejaban la fusión cultural.

Guadalajara dio su nombre a una cerámica que, con el paso del tiempo, se destacó por reunir influencias del Oriente lejano, el Medio Oriente y las tradiciones hispanas, pero con los materiales autóctonos. La loza de Guadalajara era fina, casi como porcelana, y elegante como todo lo tapatío reflejando la esencia de la ciudad. Sus diseños, en tonos de amarillo-ocre, negro y azul, presentaban escenas cotidianas, flores, animales y los escudos de las familias tapatías.  Compitió en un tiempo con la afamadísima cerámica de Tlaquepaque y Tonalá.

Cremera de Loza de Guadalajara. Anónimo. S.F.
Museo de las Artes Populares de Jalisco


Sin embargo, la loza dejó de producirse. Pasó de moda entre las élites tapatías y jaliscienses. Como ocurre con muchas tradiciones, lo que era exclusivo de las clases altas luego se extendió a las clases medias que querían destacarse. Finalmente, la loza perdió su popularidad.

Plato cafetero manufacturado en Loza de Guadalajara. Anónimo. S.F.
Museo de las Artes Populares de Jalisco


Hoy en día, un delicado juego de cafetera y tacitas, que representa la esencia de esta tradición, se conserva en el Museo de las Artes Populares de Jalisco. Su delicadeza recuerda a la porcelana que marcó una época de prosperidad para Guadalajara. En 2025, esta ciudad cumple 483 años de existencia, y su historia sigue viva en cada uno de estos objetos.


Loza de Guadalajara.
Anónimo.  Sin fecha.
Museo de las Artes Populares de Jalisco.

Biblioigrafía:

Gonzalez Escoto, Armando et Ortiz Minique, Yvette "Artesanías una fusión de vida y cultura" Instituto de la Artesanía Jalisciense, 1ra. edición, Guadalajara, Jalisco, 2009.

Enciclopedia temática de Jalisco, t. VII, Gobierno de Jalisco, 1992.

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